Nuevas esperanzas ~Drabble~

¡Buenos días!
Y lo logré, four by flash finalizado. Con este último relato he logrado escribir los 16 que me tocaban para este mes, y creo que ahora voy a ponerme a tope a revisar Lhanda y escribir la molécula de la discordia (e historietas cortas de Prejuicios Orgullosos, que he decidido ubicarlas en el mismo universo), que me lo merezco.
Y estudiar, pero bueno, hay tiempo para todo.
Y he finalizado de nuevo con Lethan y Lenne, un relato corto posterior a los dos que había escrito a principios del four by flash. La verdad es que ya estaba sin ideas y cuando me puse, salió solo. Así que no me quejo.
(Algún día debería escribir su historia, pero para eso queda todavía mucha preparación.)
Espero que os guste :)


- ¿Crees que volverás a volar?
Giré la cabeza, observando a Lenne sentada sobre el tejado de la casa, observando la puesta de sol. Le había explicado que me iría cuando viera que al comenzar las clases iba a estar a salvo. Necesitaba dejar el nido, o lo que fuera aquella ciudad cobijo para mí, y buscar una solución a mis problemas. Sobre todo ahora que ella volvía a ser una persona decente y social.
- Algún día, supongo.- Murmuré, observando las nubes sobrevolar el cielo, cubriéndose de rojo a medida que se acercaban al bajo sol. No estaba muy convencido, pero tampoco quería darle falsas esperanzas. Bajé la mirada y vi que llevaba un rato mirándome, con los ojos entrecerrados. Me encogí de hombros, preguntándome cuándo acabaría el escrutinio que me estaba poniendo nervioso. Ella suspiró y volvió a mirar al cielo.
- Pues yo creo que sí.- Sonrió, contagiándome al instante. Resultaba irónico que ahora ella fuera la positiva, pero las tornas cambiaron mucho en el verano, y cuanto más salía y ella más aprendía, notaba el ambiente de la casa cambiando, el sol entrando en todas las habitaciones y dejando atrás la oscuridad en la que habíamos vivido. Había sido un verano duro para ella, pero me alegraba ver que estaba mejor.
- ¿Y cómo es que lo crees?- Me atreví a preguntar, sonriéndole de lado.- Puede que no pueda volar nunca más.
Ella no contestó al instante, no sé si porque estaba buscando las palabras adecuadas o porque las últimas luces del día habían habían terminado por conquistarla del todo. Me quedé esperando, viendo los últimos resquicios de luz desaparecer por el oeste y, cuando seguí sin escuchar nada, decidí bajar. Estaría bien comer algo.
- Sé que vas a volar porque tengo esperanza en ello.- Comentó, me giré para mirarla con curiosidad, exigiéndole una explicación más precisa.- Has logrado que recupere todo, claro que tengo esperanzas puestas en ti. Yo era un caso perdido.
- No, solo eras un tanto exagerada.- Bromeé, ganándome un merecido empujón. Salté antes de perder el equilibrio, cayendo en la terraza.
- Además, si necesitas ayuda… puede que tenga algo para ti.
- ¿Algo?- De golpe me sentí incómodo. Sabía que Earlenne solía tener ideas descabelladas y sentía que esa sería una de ellas. Pero al mismo tiempo me dejé vencer por la emoción y esperé con ansias su solución. Lenne lo notó y ensanchó su sonrisa. Sí, había ganado. Pensaba aceptar cualquier propuesta que saliera de sus labios, por muy descabellada que fuera.
- Sí, tengo… un hechizo. Si funciona, creo que podrías tener alas.- Admitió, mordiéndose el labio inferior.- Tal vez sea descabellado, pero…
- Lenne.- La callé, algo serio.- No necesito que me lo expliques.
Ella me miró, preocupada. Aproveché los cinco segundos de silencio para preguntarme si podía aceptar su ayuda y merecía la pena arriesgarme tanto por volver a dejar mis pies lejos del suelo.
Acabé por convencerme.
- Confío en ti. En cuanto estés preparada, hazlo.

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